Santander. Escuela de San José Círculo Católico (1901-1940)

1. LOS PRECEDENTES EN CANTABRIA


  "Veo con pena que voy a ser el último Obispo en tener Hermanos...", se lamentaba Monseñor Vicente Calvo y Valero


DON VICENTE CALVO Y VALERO (1876-1884) 
en carta al H. Irlide, Superior General de los Hermanos con fecha 10 de septiembre de1878. Ese año, justamente, se abrió el primer Centro Escolar de los Hermanos  de las Escuelas Cristianas en España, el Asilo del Sagrado Corazón de Jesús (26 de febrero de 1878).

Había ya conseguido una Real Orden del Gobierno, autorizando el establecimiento en su diócesis de Centros regidos por la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. En esa fecha tenía ya planeadas la fundación de varias casas, pero de momento ninguna cuajaba. Se habían ido hundiendo en su mayor parte una serie de proyectos: Santander, Ramales, Suances, Inogedo, Ampuero, Torrelavega.., la lista prosigue. Algunos llegarán a buen término durante su estancia en Cantabria y antes de de ser trasladado a Cádiz; Isla (1881), Cóbreces y Castro (1884), Terán (1887).


"Santander, relata el H. Claudio Gabriel, era en estos años de cambio de siglo, "una de las ciudades más atacadas del virus republicano, que en (aquella) España es decir irreligioso o antirreligioso. También el socialismo colateral, si no consanguíneo del republicanismo, provocó alguna vez en el cuerpo social accesos morbosos, en forma de huelgas o motines" Eran también los años en que "la genuina tradición religiosa, patriótica y literaria se enriquecía con los frutos más sazonados del gran polígrafo Menéndez y Pelayo madurados al sol de la amistad de aquella peña que formaron Pereda, Amós de Escalante y otros peregrinos ingenios" ("La Obra Lasaliana en España", pág.212).


El historiador Julio de la Cueva Merino, en un interesante trabajo, rebosante de información de uno y otro signo, nos ha ofrecido un detallado relato de las disputas - tantas veces desaforadas y en ocasiones ofensivas - que abundaban en esos años de la Restauración en la prensa y en publicaciones varias aquí, en la misma capital de Santander ("Clericales y anticlericales en Santander.1875-1923- Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cantabria).


Diálogo, respeto, consenso, flexibilidad...son términos que no parece gozaran de especial relieve y significado en las mentes de algunos de los protagonistas de los episodios lamentables que se produjeron en aquellos años del entorno a 1900 en la ciudad. Ello afectó, sin duda, a una deseable y sana convivencia ciudadana.


 "La primera promesa en firme de abrir un centro escolar en Cantabria la da el H. Irlide en diciembre de 1877, cuando en carta al señor Obispo: escribe: "Ya hay algunos Hermanos puestos al estudio del castellano... Con gusto reservaré tres o cuatro para su escuela". Claro que una de las preocupaciones mayores del H. Superior General era el establecimiento en España de una Casa Noviciado, y al parecer era el Norte, Cantabria concretamente, uno de los lugares de su preferencia, dadas las condiciones que aquí se conjuntaban.


En carta al señor Obispo, le confesaba que "un Noviciado en el Norte de España estaría muy bien. Las personas con las que he hablado y que conocen España creen que encontraríamos vocaciones fácilmente en Santander, Asturias y las provincias vascongadas". De la misma opinión era el H. Justinus María, Provincial para España en esos momentos:" no tener un establecimiento en el Norte es casi renunciar a tener postulantes"(2 de octubre de 1880). Estaba convencido que "del Norte y de Cataluña nos vendrían los novicios" (9 de febrero de 1882). Eso explicará, como luego comentamos, la facilidad con que el H. Irlide aceptó el primer proyecto de Santander, verdaderamente "enclenque", el de Santa Lucía, en la capital cántabra, junto a una esuela y con una huerta para la expansión y el trabajo de los novicios. Resultó inviable. Por la misma razón aceptó a continuación la fundación de Isla, demasiado pequeña como aldea, pero la escuela está cerca, al lado, y estamos en el Norte. Si en Isla nunca hubo Noviciado, constituyó el primer eslabón del Instituto Lasaliano en la Montaña. (H. Saturnino Gallego, "Sembraron con amor", pág.127).


Pero volvamos a los avatares que concluyeron con la presencia, al fin, de los Hermanos en Cantabria y el gozo que ello supuso en el ánimo del tenaz prelado santanderino. Era cierto, pasaban los meses y las promesas no llegaban a buen puerto. Pero el 9 de julio de 1878, el Consejo General aceptaba y aprobaba uno o dos establecimientos en la diócesis santanderina, sin más precisiones. A continuación el H. Superior enviaba al H. Tempier como delegado personal con la finalidad de examinar in situ la viabilidad de tales proyectos diocesanos.


Llegó en agosto a Santander  el H. Tempier, visitó al señor obispo y luego, una a una, fue viendo las posibilidades reales de los diversos proyectos de fundación. Envió los pertinentes informes (Isla, el 31 de agosto; Cóbreces, Ramales y Santander en los primeros días de septiembre). Tales informes dejaban al señor obispo al descubierto. Al final, será Isla el primer Colegio en el que los Hermanos se hicieron presentes, señalando el itinerario al resto.  Eso sería en 1881.


Santander ofrecía, según don Vicente Calvo dos posibilidades: Pero, según informa el H. Tempier al H. Irlide "para la escuela del Sardinero no hay local. Para la del casco (Santa Lucía) podría aprovecharse una ermita, la de Santa Lucía, de la que podrían hacerse dos clases de siete por cuatro y algo. En el último momento ofrecen una casa más arriba de la ermita y otra en principio en la calle de la Pila. Imposible hablar de dotaciones. La despedida, añade el H. Saturnino, fue cordial, pero el "embajador" no podía ir más allá de una promesa. El H. Irlide aceptaría la escuela de Santa Lucía" si el obispo lograba comprar la huerta y construir lo necesario". Ni siquiera esa condición pudo satisfacer el obispo.


El 10 de septiembre vuelve a escribir al H. Superior y le expresa que "los proyectos de Cóbreces y Ramales marchan, pero con mucha más lentitud de la que yo deseara "(17 de septiembre). En tres años no ha conseguido aún abrir ninguna fundación, pese a sus esfuerzos, constancia e interés.


 2. LA FUNDACION EN SANTANDER


Al comenzar el nuevo siglo, Santander va a tener, al fin, su primera escuela lasaliana. El jesuita Padre Mendía, que dirigía el Círculo Católico de Obreros en Santander (fundado en 1895) llamó a los Hermanos para regentar la obra escolar. El local estaba situado en la calle San José 12.

La casa no era nada cómoda, pues carecía de patio, las clases se impartían en los pisos del inmueble, y en el bajo del edificio había salas de utilización variada, y finalmente acabó convertido en salón de cine abierto al público.


Recientemente, Don Mario Crespo López, argumentaba en un vibrante artículo henchido de razones y emoción, la falta de sensibilidad de las autoridades y de otras instituciones locales para agradecer y rendir justo homenaje por la labor más que centenaria realizada en pro de la ciudad por el Círculo Católico de Obreros. Difícil, reseñaba él, resulta hoy hacer una historia detallada, pues sus Archivos se convirtieron en cenizas en aquella noche fatídica del 15 al 16 de  febrero de 1941, cuando la "ciudad ardió en llamas" en un incendio devastador.


  "Si no me equivoco, escribía, es la entidad cultural más antigua de la ciudad, con excepción del Real Club de Regatas. A mí me parece que las instituciones centenarias merecen el respeto y la consideración de los poderes públicos y de sus propios integrantes con todas las innovaciones que precisen para adaptarse a los nuevos tiempos. Una historia, añadía él, de ciento catorce años no es ninguna tontería, y resulta lamentable que aún no se haya escrito , con sus datos, anales y nombres propios, como tienen ya sus libros otras entidades como el Ateneo, el Club de Tenis o el mismo Club de Regatas. El terrible incendio de 1941 destruyó su sede en la calle de San José y, con ella, su archivo y biblioteca.."

Y recordaba a continuación en el artículo que comentamos:" su primer residente, Don Enrique Plasencia, encabezaba una Junta de empresarios preocupados por el fomento de la cultura y la asistencia benéfica de los grupos obreros cristianos, en aquellos tiempos de convulsiones sociales y de cierto despegue comercial santanderino. De hecho, se anunciaba como una entidad benéfico-docente, instructiva, cultural, artística y recreativa. Ha perdido ya esa función estrictamente docente, que lo vinculó durante décadas al colegio regentado por los Hermanos de las Escuelas Cristianas"


Hoy, el Círculo Católico tiene su sede en la calle Rubio, número 4 y nominalmente ya no se denomina "Círculo Católico de Obreros", sino oficialmente "Círculo Católico de San José". Desde octubre de 2002, el Círculo Taurino Montañés se integró en el Católico, aportando muebles, además de su biblioteca y diversas obras de arte y documentales." (Puede verse completo el citado artículo en  el diario santanderino ALERTA, de 3 de octubre de 2010).


Los primeros Hermanos llegaron a Santander el 22 de noviembre de 1901. Eran los Hermanos Joad Samuel, Director, y sus adjuntos Elías y Diego de Cádiz. El H. Joad, había nacido en 1868 en un lugar de la diócesis de Perpignan. Ingresó, joven aún, en el Noviciado de Béziers...Tras años de experiencia en su tierra natal, pasó en 1895 a la Comunidad de Castro Urdiales, donde permaneció dos cursos (1895-1897). De allí le destinó la obediencia al Asilo del Sagrado Corazón (Madrid) y a continuación a Santander en la fecha arriba indicada. Estuvo en la ciudad solamente un trienio pues en 1904 le vemos como Director en La Felguera y luego en Gijón y Bustiello...Aún estuvo en otros lugares, antes de retirarse a su Francia natal, en 1930. Falleció en Béziers en octubre de ese mismo año.


Las aulas del Círculo Católico se fueron poblando en breve de niños. La apertura de las actividades escolares tuvo lugar el 25 de noviembre de 1901. El obispo Sánchez de Castro (1884-1920), ilusionado con la labor realizada por los Hermanos, no tardó en ofrecerles una escuelita que había sido fundada años atrás por el Provisor diocesano D. Alejandro Cueto, sita en la calle Pedrueca. Se llamaba "Escuela de San José". Se aceptó y desde 1903 la Comunidad atendía ya dos Centros, este último como una "extensión" más. Conviene aclarar que la escuela del Círculo Católico no se llamaba de San José, sino que estaba en dicha calle homónima, número 2. Su "extensión" sí llevaba ese nombre, pero al fundirse ambos establecimientos escolares en 1915, Círculo y San José quedaron geminadas y sinónimas por doble razón (H. Saturnino Gallego,"o.c.,213)


Las dificultades por las que atravesó este Centro nunca faltaron. Así relata el H.  Claudio Gabriel lo sucedido en diciembre de 1903: "Hubo en aquella ocasión unas elecciones, de la misma índole que las descritas por Pereda, pero cambiando la inocencia de Cotarelo por la perversión de Santander. Las pasiones se excitaron, y los gritos y las amenazas se tornaron en asaltos e intentos de incendio, que es ya viejo asociar el petróleo a la lógica de la revolución. Tampoco sabemos en virtud de qué sorites o concatenación los disturbios políticos habían de terminarse en incendio de iglesias o de colegios de religiosos.


Es lo cierto que los Hermanos de Santander tuvieron que pasar por la amargura de ser brutalmente perseguidos por grupos de airados que, en su frenesí, no muy valiente, llegaron a incendiar la casa. Ellos huyeron donde y como pudieron a alguna de nuestras casas de la provincia. El H. Director se refugió en Isla mientras duró el deshecho vendaval. Renacida la calma, volvieron todos a sus pacíficas tareas"  (H. Saturnino Gallego, o.c.,pág.218).


*** Nos parece interesante invitar a la lectura reposada de las publicaciones editadas por Julio de la Cueva, en colaboración con Feliciano Montero, de las obras colectivas siguientes :"La secularización conflictiva". España 1898-1931", Madrid, 2007; "Laicismo y catolicismo. El conflicto político-religioso en la II República", Alcalá de Henares, 2007; "Izquierda obrera y religión en España. 1900-1939", Alcalá de Henares, 2012). El mismo Julio de la Cueva ha escrito numerosas artículos en revistas especializadas y algunos libros referentes al tema como "La Iglesia de Cantabria ante el mundo moderno.1790-1936.


En la pequeña historia de la Escuela del Círculo ha quedado imperecedero el recuerdo del buen H. Teodorico Augusto, que dirigió durante muchos años este establecimiento, dejando profunda huella entre los escolares y sus familias. Pero, ¿cómo no destacar nuevamente aquí y ahora al Santo  Hermano Cirilo Bertrán,



Director 1925 a 1930

nombrado director del Círculo en 1925?. Entre los testimonios que se recogieron en su día para su "Noticia Necrológica", alguien que vivió con él en este Colegio dejó el siguiente testimonio: "siempre he considerado que los tres años que pasé con el H. Cirilo en el Círculo han sido los mejores años de mi vida religiosa. A pesar de la pobreza en que vivíamos, él se apañaba para atender a todas nuestras necesidades y no olvidaba nada que pudiera fomentar la unión fraterna entre los que vivíamos con él"


Los breves años pasados por el H. Cirilo en Santander fueron acaso los más estables y felices de su vida en  Comunidad. Aquí siguió mostrando sus buenas dotes de liderazgo entre los Hermanos, manifestando en el quehacer diario la misma ilusión que en los años precedentes, alentando de manera exquisita la instrucción y educación cristiana de los niños. La sencillez y atención personal, su bondad y cercanía en el trato con alumnos y familias, le hicieron sumamente querido por cuantos le trataron en esos años.


 Los Hermanos trabajaban a tope y los frutos de todo tipo no se hicieron esperar.


Entre los alumnos que frecuentaron de niño sus aulas hemos de poner de relieve al H. Román Martínez (H. Augusto Andrés). Nacido el 6 de mayo de 1910 en la calle Cisneros, número 14 (hoy 52), recibió en la vecina iglesia de San Francisco, parroquia a la que pertenecía, los sacramentos de la iniciación cristiana.


H .Román Martínez, alumno del Círculo Católico
El 8 de agosto de 1922, a los 12 años encaminó sus pasos hacia el convento de Bujedo, Burgos, para cumplir sus más firmes deseos de portar consigo la misma librea lasaliana que sus maestros de la pequeña escuela del Círculo. Manifestaba ya decididamente una clara conciencia de lo que quería y llegó a ser. La víspera de la Asunción de Nuestra Señora tomaba el hábito religioso.


En sus escasos años de educador cristiano, a partir de agosto de 1929, tres Colegios se beneficiaron de su misión apostólica: Valladolid (Colegio de Lourdes), Palencia (Colegio La Salle) y Turón (Asturias), donde con ocasión de la Revolución de octubre de 1934 alcanzó la palma del martirio juntamente con sus otros Hermanos de Comunidad. Fueron elevados a los altares con el título de santos por el Papa Juan Pablo II el 21 de noviembre en 1999. Por una diferencia escasa de años no coincidieron en los locales del Círculo Católico los Hermanos Cirilo, como Director, y el H. Román, como alumno.


Los Antiguos Alumnos de Santander, recientemente, donaron una hermosa estatua del Santo a la parroquia de San Francisco, realizada por la escultora madrileña Diana García. Cada año se celebra solemnemente en esta iglesia la festividad del santo, el 9 de octubre, fecha de su martirio.


*** En el blog de los Antiguos Alumnos al abrir el "menú", hay una indicación para ver la página dedicada a San Román Martínez.

En 1931 se proclamaba la República. La Ley de Congregaciones, de obligado cumplimiento a partir del nuevo curso escolar 1933-34, ponía serias trabas y dificultades para la labor de las Instituciones religiosas en el marco escolar. Había un "portillo" para salvaguardar las obras: obligaba a las Congregaciones institucionalmente consideradas, pero no a los individuos religiosos, tomados uno a uno, siempre que cumplieran con la idoneidad correspondiente para el ejercicio de la docencia. En muchos casos supuso el traslado de los religiosos de una casa a otra, de una provincia a otra. Asimismo suponía dejar el hábito talar y adoptar la vestimenta seglar. Las familias lo supieron en seguida. Los métodos pedagógicos, la educación en valores, etc... eran los de siempre entre los Hermanos.


Como en tantos otros casos, la citada Ley de Congregaciones no fue bien recibida por amplios sectores de la población. Hubo, en efecto, una repulsa general a la Ley en la prensa y organizaciones políticas de signo católico. Se les antojaba que se trataba de un abuso más del gobierno republicano de izquierdas respecto de la Iglesia Católica. No hubo algaradas ni protestas callejeras ni mítines públicos, pero sí la expresión del sincero agradecimiento por la educación impartida. El "Diario Montañés" recogió el 3 de agosto, en su página 3, cumplida noticia del rendido homenaje que familias y escolares del Círculo Católico dieron a los Hermanos de las Escuelas Cristianas de Santander en esta ocasión.


Cuando estalló la Guerra Civil, en pleno verano, la Casa estaba cerrada, pues los Hermanos se habían concentrado en Bujedo (Burgos), para realizar los Ejercicios Espirituales anuales. Durante meses no pudieron ejercer en su pequeña y entrañable escuela. Tras la entrada de los nacionales en la capital, en agosto de 1937, las cosas cambiaron. El día 4 de octubre, festividad de San Francisco, los Hermanos regresaron a las ocupaciones de antes, al servicio de los niños de Santander. Días antes, el 21 de septiembre, lo habían hecho los Hermanos en la vecina localidad de Los Corrales de Buelna. Eso sí, de nuevo con su sotana negra y su blanco "babero".


 La Escuela del Círculo Católico la regentaron los Hermanos hasta 1939  en que las exiguas asignaciones al personal, junto con las deficiencias de los locales, no menos lamentables, decidieron a los Superiores a optar por el cierre. He aquí el comentario que el H. Saturnino, a quien seguimos de cerca en estas páginas: "aparte la incomodidad ya conocida en aquel edificio, en 1939 la fundación ponía en manos de los Hermanos 2.000 pts. al año para todos. A la amenaza de retirarse siguió el anuncio oficial del cierre en 1940. Los jesuitas, responsables de la administración de la escuela, la ofrecieron a maristas, salesianos y escolapios. pero ninguno la aceptó. La casa, vacía de escolares, desapareció del todo en el devastador incendio de febrero de 1941, que asoló Santander" (H. Saturnino Gallego, o.c.,pág.600).



Al fondo la torre de la iglesia de los Jesuitas y la calle San José


 Igualmente recogemos aquí las palabras que el H. Claudio Gabriel dejó escritas en la obra varias veces citada: "Dignos de admiración son los Hermanos que en esta casa, sin un palmo de patio o de jardín, tuvieron que dar sus clases en el segundo o en el tercer piso de una casa de vecindad y aguantar durante la noche las molestias del cine público abierto en la planta baja del mismo edificio (o.c., pág.306 y nota 21e).


Llama la atención del estudioso el número elevado de vocaciones para el sacerdocio y la vida religiosa que este Centro Escolar dio a la Iglesia en los años en que los Hermanos pudieron realizar aquí su misión educativa. Llegan casi al centenar, y no menos de veinticinco se encaminaron a la Casa de formación de los Hermanos. El H. Román fue uno de ellos.


Los alumnos que frecuentaron sus aulas se estima que llegan en torno a los siete mil. No conocemos  datos más fiables.


Tras la Guerra Civil, los Hermanos recibieron ofertas para la apertura de centros escolares en la provincia que no pudieron ser atendidas, así en Suances, donde se estuvo a punto de aceptar, y en la capital cántabra, en el barrio de Tetuán (1943). Las familias, los exalumnos, la población, pidieron la continuidad de los Hermanos en Santander. Ello decidió a los Superiores a abrir un Colegio y su correspondiente escuela gratuita, como era tradición. Nunca existió a expensas del Colegio esa escuela gratuita, aunque sí hubo planos diseñados al efecto. La apertura, pronto, de dos escuelas gratuitas en Santander (San Martín, en Puerto Chico, en 1945, y Nueva Montaña, en 1953) y algunos proyectos parecidos satisficieron a los Superiores de la Congregación.


Con la colaboración de algunos particulares, los Hermanos adquirieron en 1940 la llamada "Quinta Hoppe", situada en General Dávila 109, propiedad de un cónsul alemán afincado en España. El H. Pablo María,


H. Pablo María, último Director del Círculo y quien negoció la compra de la "Finca Hoppe"
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ltimo Director de la Escuela del Círculo, fue el negociador que hizo posible la adquisición de este terreno. El chalet fue habilitado como Colegio y vivienda. Las clases se iniciaron con veinte alumnos el 2 de octubre de 1940, fiesta de los Santos Ángeles que, al año siguiente, ascendían a 180 y al tercer año superaban ya los 300. La construcción del actual Colegio se inició en 1943. El Colegio La Salle no ha cambiado de emplazamiento, aunque sí de dirección postal: "Alto de Perines", "General Dávila", "Camilo Alonso Vega". Fue su primer Director el H. Luciano Paciente.