Santoña - Colegio de san Juan Bautista o Instituto Manzanedo (1920-1936)



1.- SANTOÑA

"La hermosa villa de Santoña, mansamente reclinada al abrigo del peñón, ingente muro que la defiende de las iras del mar, se honra desde 1871 con una gran institución pedagógica titulada Colegio de San Juan Bautista y más frecuentemente Institución Manzanedo. Fue fundada  y dotada espléndidamente por el Excmo. señor don Manuel Manzanedo y González, marqués de Manzanedo y primer Duque de Santoña" (H. Claudio Gabriel, "La Obra Lasaliana en España", pág.510).


Santoña, suele decirse, es como una "isla en tierra firme". Está  rodeada de monte, ría y marisma. Cuenta con una bahía preciosa y con  dos coquetas playas, Berria (al norte) y El Arenal de San Martín (al sur). Al este queda el monte Buciero y al oeste los municipios de  Escalante, Argoños y Bárcena de Cicero.

Habitada la zona desde el Paleolítico Superior, Santoña experimentó los efectos de la romanización al mismo tiempo que el resto de la cornisa cantábrica ("Portus Blendium" o "Portus Victoriae"). Ya en la Edad Moderna, participó con hombres y naves en la gesta americana. Santoñés era, efectivamente, Juan de la Cosa,




que tomó parte activa en los primeros años del Descubrimiento del Nuevo Mundo,  ejerciendo de maestre de su propia embarcación ("María"o "Marigalante") y que fue reconocido cartógrafo, pues dio a conocer al mundo los contornos de las tierras recién descubiertas.

En los primeros años del reinado de Felipe V experimentó Santoña una prosperidad hasta entonces desconocida, al establecerse en la villa un Real Astillero. El actual puerto de Santoña ha ido configurándose en diversas etapas desde el siglo XIX a expensas del Estado y de su Ministerio de Guerra hasta llegar a ser en nuestros días uno de los más importantes de la costa cantábrica en su modalidad de puerto pesquero. Su industria conservera es desde los años finales del XIX,  particularmente notable. ¿Quién desconoce hoy la fama de sus conservas de la anchoa fileteada y conservada en aceite?.

En Santoña, en 1937, se rindieron los batallones nacionalistas vascos en la pasada Guerra Civil Española ("Pacto de Santoña"). Aquí nació el almirante Luis Carrero Blanco, asesinado por ETA en 1973, entonces Presidente del Gobierno. En su infancia asistió a las clases de los Hermanos en la villa.


Entre sus monumentos destaca la iglesia de Santa María del Puerto, en la base del monte, que formó parte de un viejo monasterio donde se originaría la población. Asimismo se pueden visitar en Santoña los  restos del Fuerte de San Martín (reinado de Felipe II) y el de San Carlos (bajo Carlos II). Finalmente, son de obligada mención los palacio de Chiloeches (siglo XVIII) y del propio Marqués de Manzanedo. Santoña cuenta hoy con una población que sobrepasa los 11.200 habitantes; y dista 48 kms de Santander, la capital autonómica.

2.- EL FUNDADOR DE LA INSTITUCION ESCOLAR: DON JUAN DE MANZANEDO

Don Juan Manuel de Manzanedo nació en Santoña (1803), en el seno de una humilde familia, originaria de la vecina Noja. Partió para Cuba muy joven aún (20 años) y en breve tiempo logró establecerse por su cuenta, dedicándose a múltiples empresas: caña de azúcar y tabaco, préstamos hipotecarios y, al parecer también al comercio de esclavos. Vuelto a España en 1842 dueño de una gran fortuna, tras una breve estancia en Cádiz, acabó estableciéndose en Madrid (1845). Tomó parte en muchos de los proyectos urbanísticos de desarrollo de la capital en la segunda mitad de la centuria, al tiempo que realizaba incursiones en la banca. Partidario de Isabel II, comprometido con la acción política de la Unión Liberal de O'Donnell, recibió el marquesado de Manzanedo (1864) y posteriormente el ducado de Santoña (1875, ya bajo el reinado de Alfonso XII). Entre los títulos y condecoraciones recibidas, su persona se significó al formar parte de los Grandes de España, Gentilhombre de Cámara, Collar de las Órdenes de Carlos III e Isabel La Católica... Como otros prohombres de su tiempo ejercicio también actividades políticas como diputado a Cortes y Senador del Reino.


Su fortuna se incrementó con inversiones en variadas operaciones mercantiles. Sus negocios, oportunamente  diversificados, abarcaron campos muy variados: armador y comerciante con Ultramar, impulsor de los Bancos de Santander e Hispano-Colonial, constructor del Puerto de Maliaño, impulsor del incipiente ferrocarril, etc..

Gran mecenas de su tierra natal, mandó levantar a sus expensas el Colegio de San Juan Bautista (Institución Manzanedo) y un Hospital para pobres. Pasaba largas temporadas en su Palacio santoñés, diseñado por el arquitecto Ruiz de Salces, y convertido en nuestros días en Pinacoteca Municipal y Oficina de Turismo.

Falleció en 1882 y está enterrado en el panteón familiar erigido en la Capilla del Colegio por él fundado.

Su fortuna se estimaba (cálculos de 1879),en 171 millones de reales, una de las mayores del momento en España.
(Datos tomados de la Enciclopedia Digital Wikipedia: Art. "Juan Manuel de Manzanedo" y www.IES.Marquesdemanzanedo. Historia del Centro Escolar)


3.- COLEGIO DE SAN JUAN BAUTISTA - INSTITUCION MANZANEDO

El Colegio de San Juan Bautista o Institución Manzanedo, es obra notable del arquitecto Antonio Ruiz de Salces, que había ya trazado los planos en 1861. Creaba un edificio de hechura clasicista y elegante, inaugurado en 1871. La superficie construida es de  7.679 m2.
 
 Los exteriores presentan muros de sillería. Tiene un cuerpo central y alas en los laterales, siguiendo modelos escolares de su tiempo. La fachada principal tiene un aire neoclásico Un gran reloj remata el edificio. Se ha estimado que el Marqués invirtió en este Centro Escolar 2.418.907,76 reales de vellón.

He aquí la organización espacial de este renombrado centro educativo de Santoña, tal como se describe en  la "Revista Digital Muesca.es": "Arquitectos cántabros y construcciones escolares"). Merece bien la pena dedicarle atención:




    " El edifico es de dos pisos, de cinco metros de altura cada uno, comunicados a través de una majestuosa escalera. Se estructuraba en torno a cuatro patios interiores, dejando entre ellos un cuerpo central, el mejor espacio del edificio, que albergaba la capilla, elevada sobre los dos pisos. En la planta baja se situaban las cinco aulas dedicadas a enseñanzas secundarias generales y a las especiales de comercio, dibujo y náutica, además de la escuela primaria. Acogía también los laboratorios, el gimnasio, la sala de música, el salón de actos, la sala de recreo cubierto, la sala-biblioteca de los profesores, la cocina y el comedor de alumnos. La planta principal del edificio estaba ocupada por las habitaciones de los profesores y de los alumnos internos (cuatro pabellones de 135 m2 cada uno, con una capacidad total de 52 camas, así como los despachos del director y secretario, y los despachos auxiliares necesarios.

La construcción de este edificio - con el precedente del Seminario de Nobles de Comillas - supuso la introducción en Cantabria de los modernos criterios higiénicos en un edificio escolar: calidad de construcción, preocupación por la luz y la ventilación directas de las aulas, comodidad e higiene de las dependencias, usos de patios escolares de recreo y un gimnasio para la educación física. Además, suponía la concepción del colegio como un centro de formación integral, donde se impartían las primeras enseñanzas elementales, las de secundaria y las profesionales".

Igualmente de interés para el propósito de la descripción del edificio trascribimos aquí el texto que sigue, escrito en su día por Fernández-Guerra sobre esta obra señera de Ruiz de Salces:

       "Estudió los planos de los mejores colegios de Europa y América para adaptarlos a las necesidades españolas. Llenas de luz, ventiladas y espaciosas las aulas, y en sus  aparadores, gradería de alumnos y cátedra del profesor, cada cual apropiada a la materia que ha de impartirse. Los gabinetes de Náutica, de Física, de Historia Natural... próximos a sus clases respectivas; y el Laboratorio dispuesto de suerte que en imprevisto caso no pueda ocurrir desgracia. Al mediodía, la Biblioteca, el Gimnasio cerca del lugar de esparcimiento y recreo, los anchurosos dormitorios, vigilados perfectamente. Todo, en fin, cual exigen la ciencia y la experiencia, viniendo a competir el Colegio con los mejores de Alemania Bélgica y los Estados Unidos.

Sencilla la decoración exterior, pero elegante y armoniosa...tiene la fisonomía característica de la buena arquitectura moderna; y produce en nuestro ánimo la agradable impresión que el Regio Museo de Madrid. El interior alberga detalles de gran riqueza en su decoración, que exceden las habituales en edificios destinados a función docente".
(Véase la Revista www.muesca.es "Arquitectos Cántabros. y construcciones escolares")

Las actividades escolares comenzaron, según los planteamientos dictados por el Fundador Marqués de Manzanedo, en 1871. En 1920, como se dice a continuación, fueron los Hermanos de las Escuelas Cristianas quienes se hicieron cargo de la institución escolar, hasta su cese de actividades en 1936. A partir de septiembre de1947, y durante cuatro años, fueron los Hermanos Maristas los que atendieron los niveles de Primera Enseñanza y los cursos de Bachillerato Elemental. A comienzos de 1950 nacían los Institutos Laborales. Durante un curso compartieron locales los Maristas y eI Instituto Laboral. Luego  se constituía en el establecimiento el primer "Instituto Laboral de Orientación Marítimo-Pesquera-Consevera de España".


4.-  EL COLEGIO DE LOS HERMANOS DE LAS ESCUELAS CRISTIANAS

Ya en 1880 hubo un intento de confiar a los Hermanos la "Institución Manzanedo". Ante la falta de personal, solo se pudo aceptar en 1920. Habiendo venido a menos la primitiva institución, a instancias de doña Josefa, Marquesa de Manzanedo, se puso en contacto con los Hermanos para que se hicieran cargo del Centro Escolar fundado por su padre. En nombre de la señora Marquesa se encargó de las gestiones su apoderado, don Mario Monsalve. El contrato quedó firmado por las partes el 27 de Septiembre de 1920. Previas las necesarias reparaciones y acondicionamientos de los locales, llegaron a la villa el que sería primer director, H. Balbino, y con él otros ocho Hermanos, con los que reorganizó el Bachillerato. 



 El Colegio era de pago, como lo había sido desde sus comienzos. Y tenía un grupito de alumnos internos, que disponían de camarillas para dormir. El alumnado era de unos 150 chicos, aunque el bachillerato lo seguían tan solo 24, repartidos en tres clases. Era una grave dificultad. Los nuevos profesores comenzaron las labores escolares con entusiasmo y total dedicación, de modo que ya en los primeros exámenes oficiales realizados preceptivamente en el Instituto de Santander, el grupo de bachilleres de Santoña llamó poderosamente la atención de los catedráticos por su preparación y competencia. En años sucesivos, los resultados fueron aún más exitosos, y los regidores del Ayuntamiento expresaron a la Comunidad su satisfacción y agradecimiento.

Mientras vivió la señora Marquesa, Colegio y Comunidad recibieron siempre pruebas inequívocas de sincero afecto por su parte. En las crónicas de la Casa se refieren generosas dotaciones, regalos y atenciones por su parte. En marzo de 1923 se fundó el Patronato, cuya presidencia recaía sobre la ilustre dama, y de la que formaban parte el señor obispo de Santander, el cura párroco, el señor alcalde y otras dos personalidades más. En enero de 1925 falleció en Madrid la señora Marquesa de Manzanedo, y en virtud de su testamento, fue trasladada al panteón familiar que había mandado construir su predecesor en la cripta de la capilla del Colegio santoñés.

En las vacaciones de 1924 los Hermanos quisieron suprimir las enseñanzas de Bachillerato. Les parecía que se trataba de una enseñanza clasista y en favor de unos pocos. Por cierto, no dejaba de ser una medida tomada con todo derecho por los Hermanos, pero que no fue del agrado de todos. El hecho motivó la primera crisis seria, la tensión fue creciendo y llegó en 1926 a anunciarse incluso el final de la presencia de los Hermanos en Santoña. Haciendo uso de sus derechos como heredero de doña Josefa y patrono de la Institución, el nuevo Duque de Santoña logró poner eficaz y pronto remedio a la situación. Negoció la fórmula del arreglo: los Hermanos impartirían en adelante Primaria, Comercio y el grado elemental de la Segunda Enseñanza: Este nuevo contrato se firmó en los meses finales de 1926. Era director de la Comunidad el H. Aproniano.

Con el advenimiento de la República, se fueron recrudeciendo las dificultades derivadas del sectarismo de ciertos dirigentes respecto de la presencia de las Congregaciones religiosas en la enseñanza. El alcalde y el diputado Villarias se apoderaron - sic - del Patronato, reformaron los Estatutos de tal forma que en adelante nunca pudieran los religiosos ostentar la dirección de la Institución. Y aprovechando los cauces legislativos del momento, lo declararon "Instituto Local".

El 30 de noviembre de 1932, el Gobernador Civil, "longa manus" del Gobierno central, ostentaba legalmente la Presidencia de la Fundación. Por un exceso de celo ordenó la incautación del centro escolar. Le bastaba - al parecer - el art.26 de la Constitución sin esperar a la aprobación de la ley que el citado artículo habría de desarrollar. Moviendo peones se consiguió reanudar el trabajo escolar el 7 de enero, Apenas votada la ley, el Gobernador conminó la retirada de la Comunidad el 19 de julio, otra vez por exceso de celo, pues los Hermanos podrían haber seguido hasta el 1 de octubre, según la ley (se les concedió 2 horas de plazo para irse). No faltaron muestras de protesta ciudadana e incluso actos de violencia en las calles ante las medidas tomadas arbitrariamente por las autoridades (véase "Diario Montañés", días 1, 2 y 4 de agosto). En ese mismo verano la Institución Manzanedo fue dedicada a residencia de estudiantes checos, a cuenta de la Beneficencia. En el Instituto Manzanedo se suprimió la huerta y se  partió la propiedad para abrir una calle.

En vista de las circunstancias, los Superiores de la Congregación  habían ido tomando una serie de medidas pertinentes para afrontar la nueva situación, siempre en el marco de la legalidad. Por ello, y concretamente en Santoña, los Hermanos, en previsión del despojo definitivo del uso del Instituto Manzanedo, habían alquilado antes una casa, un hotel ubicado en la hasta entonces "Calle Alfonso", rebautizada ya como "Galán y García Hernández". Era ahora director el H. Faustino Pedro, y con él, la Comunidad se estableció en su nuevo domicilio. Aquí estarían hasta la Guerra Civil.

En virtud de la llamada "Operación Balmes", con efectos a lo largo de la geografía nacional, los Hermanos alquilaron en la calle Juan de la Cosa unos pisos y montaron allí el "Colegio Sádel", es decir "Sociedad Anónima de Enseñanza Libre" .Al anunciar a las familias santoñesas la apertura de la institución educativa, la IPSA presentaba a los nuevos maestros de sus hijos diciendo que los "profesores lo regirían con los mismos procedimientos pedagógicos que usaban los beneméritos Hermanos de las Escuelas Cristianas de la Institución Manzanedo"  (H. Saturnino Gallego, "Sembraron con amor", pág. 511)

La vida en el Centro y en la Comunidad se pudo hacer con cierta normalidad hasta el 15 de agosto de 1936. Ese día recibieron una orden tajante: debían irse. Los propios miembros del Comité les ayudaron a cargar sus pertenencias. Era director el briviescano H. Darío Peña. A continuación, partieron para Bilbao.

Atrás quedaban 16 años de presencia de los Hermanos en Santoña. Ya no volverían.
 
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APENDICE: Documento "Discurso inaugural del Colegio San Juan Bautista del 24 de junio de 1871", por el Marqués de Manzanedo (En http://www.iesmarquesdemanzanedo.com/paginas/HistoriaCentro.htm)