Terán (Cabuérniga) - Colegio del Niño Jesús (1887-1936)




 CABUERNIGA  es uno de los valles más pintorescas de Cantabria. El río Aja riega el  territorio de sur a norte. La principal vía de acceso es a través de la hoz de Santa Lucía. Como el resto de la región, presenta los rasgos propios del clima oceánico: veranos e inviernos suaves,  precipitaciones abundantes y escasa amplitud térmica, o sea, 5º en los meses más fríos y 20º en los más cálidos. En Terán, la precipitación  media anual es de 1.270 mm., y la temperatura media, de 13.3º.

 Según el censo de 2005, todo el valle de Cabuérniga cuenta, en su conjunto, con unos 2.525 habitantes, siendo la densidad de población muy escasa (10.43 hab./km"). En el censo de 1887, cuando se abre la escuela de los Hermanos, los habitantes del valle superaban los 4.300, para paulatinamente ir perdiendo población desde comienzos del siglo XX, acelerándose el proceso a partir de los años sesenta. El poblamiento se organiza en núcleos agrupados en torno a la  carretera, y se concentra en las zonas más bajas del Valle.

 Forman el Valle de Cabuérniga hasta 18 poblaciones, como Bárcena Mayor, Los Tojos, Fresneda, Ruente, Sopeña, Ucieda, Renedo...y Terán, que dista de la capital autónoma 56 kms.. Cabuérniga sigue siendo un ejemplo de conservación de la cultura y modo de vida tradicionales. Entre sus monumentos ocupa lugar destacado la iglesia de Santa Eulalia, del siglo XVIII, enmarcada en el entorno del espacio natural "La Castañera". Terán ha sido declarado conjunto de interés artístico (1)
 

Entre los palacios y casonas típicos de la arquitectura cántabra del pasado está el antiguo edificio que albergó en su día la vivienda y aulas del Colegio del Niño Jesús, que es hoy sede del "Colegio Público Manuel Llano". En un interesante artículo salpicado de anécdotas, publicado en los últimos años por el H. Carlos Cantalapiedra, luego de una atenta visita al lugar, escribe “En la parte trasera, en la que fuera huerta de la escuela, se ha añadido un nuevo pabellón para dar albergue a los 250 escolares de los municipios de Ruente, Los Tojos y Valle de Cabuérniga. Son, por así decirlo, dos edificios: uno de reciente construcción y en buen estado, en el que están los servicios de comedor y la mayoría de las aulas, y el otro antiguo, el que ocuparon los Hermanos. Un parque, rodeado por una inmensa verja cierra la propiedad. Todavía hoy, sobre la puerta de entrada, puede leerse en la parte superior "Escuelas del Santísimo Niño Jesús!” (2)

 Logró en esa visita el H. Carlos permiso para acceder a la segunda planta del inmueble que un día ocupó la Comunidad. Dice escuetamente: “según vimos, se conserva tal como lo dejaron los Hermanos hace más de 50 años. Al fondo del corredor, lo que tal vez fue la capilla, una sala amplia con mirador a la calle y vidrieras de época, las habitaciones, espaciosas y de altos techos, convertidas hoy en aulas escolares. La planta baja del edificio la ocupan el recibidor, un salón y clases”.

 Asimismo, en otra de las visitas realizadas por el H. Carlos a Terán, y de acuerdo con el señor cura párroco, Don Ignacio Gómez, en su niñez alumno de los Hermanos, pudo llevarse consigo para los fondos del Distrito, tres cuadros relacionados muy estrechamente con la fundación de la escuela. Hoy pueden verse, restaurados, en los claustros del convento de Bujedo. Son cuadros de grandes dimensiones y representan a los fundadores, cada uno con la leyenda explicativa correspondiente: el primero representa al presbítero Manuel González del Piélago, fallecido en Terán en 1877. Los otros dos retratos representan a su hermana Apolonia, y a su sobrino Evaristo González, cuyo óbito tuvo lugar en 1873. Dichos cuadros fueron pintados, al parecer, antes de la llegada de los Hermanos a Terán.

*** Entre las personalidades nacidas en este Valle de Cabuérniga figuran los escritores Ricardo Fernández de la Reguera y Manuel Llano (3), el científico Augusto González de Linares, el pintor Antonio Quirós, y el cardenal José María de Cos (4).

La azarosa fundación de la Escuela  de Terán

No pudo ser más laboriosa y complicada. El H. Claudio Gabriel, dejó escrito que esta Casa de Cabuérniga, que pudo ser una fundación primeriza en la intención del Obispo D. Vicente Calvo y Valero, pues ya a comienzos de octubre de1880 comunicaba el H. Justino al Superior General Irlide cómo “el digno prelado de Santander me dice que el demonio se opone al proyecto de Cabuérniga”. Y añade, por su cuenta que “con motivo de ello he tenido gravísimos disgustos”. ¡Y los que le depararían los años siguientes hasta ver instalada, al fin, la Comunidad el 28 de abril de1887! (5)

 El H. Carlos Cantalapiedra, en contacto directo con documentos conservados en los archivos lasalianos, ha publicado oportunamente una serie de textos verdaderamente interesantes: extraídos de una cincuentena de cartas cruzadas entre los varios protagonistas que tomaron parte activa e hicieron posible la presencia de la obra educativa de los Hermanos en el Valle de Cabuérniga (6). Estas cartas van fechadas de septiembre de 1882 a enero de 1887. He aquí los nombres de esas personalidades singulares que intervinientes en la fundación:

  • El Señor Obispo de Santander, Vicente Calvo y Valero, quien aquí
    tuvo también aquí participación, como la tuvo en las fundaciones de
    Isla, Cóbreces, Castro Urdiales, Anaz. Desde su nuevo puesto como
    obispo de Cádiz proseguirá también allí en su empeño fundacional
    alentando las obras de los Hermanos.
  • El H. Justino María, responsable como Provincial de España de las fundaciones que iban abriéndose en la variada geografía nacional.
  • D. Luis Calderón y Ponte, portavoz fiel e insistente, y uno de los tres albaceas testamentarios de la familia González del Piélago.
  • D. José María de Cos, originario de Terán, que intervino con denuedo y discreción ante los superiores eclesiásticos y lasalianos, primero desde Oviedo y posteriormente, desde Mondoñedo, ya obispo.
  • D. José Fernández Montaña, secretario del cardenal Moreno, arzobispo de Toledo.
  • Y los Superiores Generales, Hermanos Irlide y Joseph, desde la Casa
    Central de París.

 Los avatares, bien azarosos por cierto, de esta fundación vienen sintetizados en los párrafos que siguen.

 En “La Obra Lasaliana en España”, relata el tantas veces citado H. Claudio Gabriel haber visto como fecha de incoación del expediente de fundación de la Escuela del Niño Jesús en Terán la de 17 de julio de 1880, añadiéndose que estaría destinada a escuela elemental y de artes y oficios. Y también que se suspendió por mala voluntad de algunos de los albaceas de la testamentaría, que es sin duda lo que hace confesar al emprendedor y celoso obispo Calvo “que el demonio se opone”. Por su parte, el H. Justino expresaba sentidamente al H. Irlide: “También me tiene crucificado por su fundación los asuntos de otro hermoso y rico valle de esta provincia, llamado Cabuérniga. Con el H. Joldinien -director de Cóbreces -, he estado allí la pasada semana, viendo sitios para el edificio. Ruego a Vuestra Reverencia - y le agradeceré que me diga - si podrá contarse con Hermanos para Cabuérniga, siquiera en el plazo de seis u ocho meses” (19 de septiembre de 1882). El 25 de noviembre de ese mismo año escribía el Señor Obispo al H. Joldinien para que visitara el posible local que disponen en Terán para la escuela de los Hermanos. A su vez, días después, recibía el H. Justino carta del director de Cóbreces con los planos de la futura escuela.

 Seguirán hasta cinco largos años con cruce de cartas entre los interesados por el proyecto fundacional, incidiendo en las dificultades, precisiones, silencios, olvidos, influencias y requisitos  habidos y por haber, hasta llegar a la firma del contrato entre D. Francisco del Piélago y Fernández, D. Luis Calderón y Ponte y D. Avencio Caraver y Fernández, por una parte, y el H. José, Superior General, por otra (5) - H. Carlos Cantalapiedra (obra citada, 23 a 32).

 Será a partir de 1883 cuando el portavoz de los albaceas de la testamentaría, D. Luis Calderón, escriba de modo incansable e incluso machacón a todo el mundo hasta conseguir el establecimiento de los Hermanos en Terán.(7)

 En la correspondencia de unos y otros en los meses que siguen, topamos con este escrito de D. Luis Calderón al H. Justino (marzo de 1883): “Estamos dispuestos a aceptar las condiciones generales que nos ha remitido y, si accede a la rebaja, emplear esta en proporcionar mayores comodidades, sobre todo en patio y huerta al Colegio. El Señor Obispo ha escrito que trabajemos lo más que podamos en el arreglo de los locales, porque cree posible que puedan venir pronto los Hermanos, y esto me hace pensar si lo de Castro ha fracasado” (el Colegio de Castro se abrió en 1884). El H. Provincial Justino contestará el 31 de ese mes: “siendo numerosas las peticiones para establecimientos nuevos, usted no extrañará que den preferencia el H. General y su Consejo a los proyectos que presentan mayores garantías”. Y más tarde (09.04.1883), “no prometo cinco Hermanos para el día de la apertura sino tres, que son los indispensables. Se entiende que se trata de una escuela gratuita y no un Colegio de internos, que poco nos gusta por varias razones”. D. Luis le enviará a continuación una larga y minuciosa carta de contestación donde concluye: “muchas fundaciones tendrán ustedes, pero una en que tanto se les desee y con tanta ansia se les espera como ésta, seguro que no” (11.07.1883).

 Y he aquí que el 21 de enero de 1884 encontramos una carta con membrete del Obispado de Oviedo, firmada por el Canónigo D. José María de Cos y que va dirigida a D. José Fernández Montaña, Secretario del Cardenal Moreno, en Toledo. Leemos en este escrito singular que “el pueblo de Terán, parroquia de Santa Eulalia de Cabuérniga, provincia y obispado de Santander, tiene gran necesidad y vivísimos deseos de establecer una escuela bajo la dirección de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Han tratado con estos Hermanos los encargados de realizar el plan y no han logrado llevarlo a feliz término”. Sigue la exposición de las dificultades habidas y concluye: “este es precisamente el motivo que me obliga a escribirle a usted. Todo en estos tiempos se consigue a fuerza de empeños, y las Escuelas Cristianas no han podido eludir esta ley. Necesito una presión fuerte, vigorosa sobre el Padre Provincial (sic), que si no estoy mal
informado, vive en esa Corte (Madrid), Paseo de Santa Engracia, nº 56 (Casa Noviciado) y se llama H. Justino María. Creo que esa presión podrá ejercerla usted no solamente por sus prendas personales de ciencia, virtud y talento, sino por su posición oficial al lado de su Eminencia Cardenal Moreno...Se lo suplica este pobre capellán, nacido y bautizado en dicho pueblo, a quien vienen siempre en instancia todos los asuntos eclesiásticos del lugar”.

 Concluye esta larga epístola manifestando:

 Tres cosas pido a Usted, a saber:
  1. que en brevísimo plazo se nos concedan cinco Hermanos para
    la dicha escuela
  2. que autoricen para habilitarse un local interno, mientras se hace el nuevo y
  3. que envíen inmediatamente sujeto de su confianza a elegir sitio para edificar este último".
  De resultas, el H. Justino recibirá carta del Secretario de la Sede Primada, con la adjunta carta del Canónigo ovetense. (09.02.1884), sintiéndose nuevamente forzado desde instancias superiores para que la obra de Terán no quede en el olvido y sea atendida lo antes posible. Menudean luego las cartas cruzadas entre unos y otros hasta ir resolviendo los problemas y dificultades que van surgiendo. Por ejemplo, D. Luis Calderón se dirigirá al H. Provincial en estos términos (03.01.1885): “esperábamos ver a usted por aquí, pues según el H. Superior de Cóbreces, se creía que después del Capítulo General recorrería usted los colegios de esta provincia. Muchísimo le agradecería a usted se sirviese indicarme en que estado se encuentra nuestro asunto, y a serlo posible, cuándo podríamos contar con ustedes aquí. Desde que estuve en Cóbreces y vi aquel colegio, de cuya enseñanza quedé prendado, se han aumentado, si cabe, los deseos de ver a ustedes
funcionando aquí”.

 Cartas y más cartas del H. Justino, del Secretario de la entonces Sede Vacante de Toledo, del Canónigo de Oviedo, de D.  Luis Calderón. Como colofón de todo ello, el H. Provincial le confiesa al albacea testamentario de Terán (08.10.1885): “respecto del proyecto de
fundación le hablaré con toda franqueza. La fundación queda en pie. Lo difícil es pasar adelante porque no tenemos personal desde hace un año. Esta escasez y lo peligroso que es dar pasos, como ir a ver las personas y las casas, porque a veces se me quiere meter en compromisos, hace que me abstenga más de lo que quizá pudiera ser conveniente. Cuando podamos, si ustedes perseveran en su proyecto, iremos allá con muchísimo gusto”.
Nuevamente intervendrá en el asunto el futuro Cardenal Cos, ya preconizado obispo de Mondoñedo, escribiendo esta vez directamente al H. Superior General desde Ontaneda (22 de julio de1886): “La escuela de Terán está en el primer lugar de las que deben abrirse en España, y tiene su edificio terminado hace ya tiempo en las mejores condiciones. Es Terán, mi pueblo natal y  tengo el más vivo interés que dicha escuela quede instalada y dé principio a la enseñanza en el mes próximo de septiembre. Sé que en España no sobra el personal, pero como dicha escuela ocupa el número uno, es muy fácil encontrar el personal suficiente....Yo espero de la bondad de usted que, para remediar la gran necesidad que mis paisanos tienen de que se abra inmediatamente la escuela, usted hará, si es necesario, un esfuerzo, con el cual quedarán vencidas todas las dificultades. Usted se alegrará sin tardar mucho de haber hecho el sacrificio para su más
pronta instalación”.

 Y he aquí, que tras nuevas dilaciones, el H. Justino escribe al ya Obispo mindoniense una vez más (24.10.1886): “Le escribo luego de haber leído su escrito del pasado día 18 y pocos días después de ejercer mi visita última a Terán y de haber hablado detenidamente con don Luis Calderón, en cuya casa me hospedé. Mandé al H. Superior General la relación lo más favorable posible para que se abriese la allí proyectada escuela para fines de año o principios del siguiente”. Y el 13 de diciembre volvía a escribir a su Ilustrísima, D. José María de Cos: “Hace ya algún tiempo se me dio la seguridad de que la escuela de Terán podría abrirse a principios del año nuevo, y me apresuré a participárselo así a don Luis Calderón, que tanto se desvela para hacer posible esta proyectada fundación”.

 Vencidas finalmente, las dificultades, el 26 de enero de 1887, el H. Justino se trae de París aprobado el convenio fundacional, comunicándoselo al Señor Calderón, quien alborozado contesta: “Tengo una verdadera satisfacción al ver que ya vamos tocando el deseado término de nuestros deseos...Aquí todo el mundo está esperando de un momento a otro su llegada". Y posteriormente, el 31 de enero de 1887 "Espero la venida del H. Superior a Cóbreces...Acaso dirá Vd. que soy demasiado impaciente...Sus cartas al señor obispo de Mondoñedo produjeron el mejor efecto, porque se creía verlos venir de un día a otro, según en ellas se decía”.

 La fundación de Terán costó innumerables esfuerzos, pero nació al fin. El 28 de abril de 1887, las principales autoridades del Valle de Cabuérniga y patronos de las Obras Pías fueron a Cabezón de la Sal a esperar a los Hermanos y hacer más solemne su entrada en el pueblo y más brillante en el valle. La crónica de la Casa lo reflejó así: “Al llegar la comitiva a la entrada del Valle, diéronse a oír las campanas de la parroquia de Santa Eulalia y las de sus adjuntías...Salieron a saludarles el Ayuntamiento en pleno, el Señor Juez y demás autoridades civiles”. Y añade festivamente: “Se tiraron infinidad de cohetes en el trayecto, especialmente al bajar en casa de D. Luis Calderón, Ingeniero de Montes y que formaba parte del patronazgo de las Obras Pías, y donde tenían preparado un banquete en obsequio de los Hermanos”.

 El 1 de mayo de 1887 abrió el Colegio de Terán sus puertas a los 94 niños que el primer día asistieron a clase. En el acto inaugural pronunciaron unas sentidas palabras el Señor Cura Párroco de la localidad,(8) D. Mariano Gómez, y el distinguido abogado don Avencio Cáraves. Los tres primeros Hermanos que formaron la Comunidad fueron: el Director, Luciano de los Ángeles, Domingo José e Yves Ambrosio (9).

 La escuela, bajo la advocación del Niño Jesús, estaba situada en las cercanías del templo parroquial. En su parte delantera disponía de un primoroso jardín de corpulentos cedros, desgraciadamente hoy desaparecidos. El pabellón escolar constaba de dos plantas. En la primera estaban las clases y en la segunda las dependencias de la Comunidad.  La fundación estuvo sostenida por los bienes legados tiempo atrás por Don Manuel González del Piélago, cura párroco de la iglesia de Santa Eulalia, su hermana Doña Apolonia, y su sobrino D. Evaristo vecinos del Valle de Cabuérniga, si bien oriundos de Suances. Desde el primer momento, los métodos lasalianos empleados, aplicados en aquel terreno virgen, dieron los mejores resultados.
 

  La crónica de 1888 refiere la presencia en calidad de profesor de un "ayudante seglar" en las labores escolares, algo poco común por entonces en los centros regidos por la Institución... Se celebró con la solemnidad propia de los tiempos la beatificación de Juan Bautista de La Salle por el Papa León XIII, en febrero de1888. Aunque las fiestas en honor del Fundador aún tuvieron mayor relevancia y espectacularidad el año 1895, con la fachada del Colegio y los jardines, "iluminados a la veneciana", en palabras del cronista. "Se tiraron - escribe - 24 docenas de cohetes variados, pagados por las familias de los escolares". En 1906 se suscribió un nuevo contrato, con la participación como bienhechores de Doña Elvira Gutiérrez Mier y D.Mariano Gómez, párroco del pueblo (8). Cuando a finales de 1928 redacta la crónica del año el H.Román,  director de la escuela a la sazón, dirá que los Hermanos vivían austeramente, y que en el aspecto económico no les sobraba nada.Y así cuenta con pesar que "no hubo exámenes públicos como en años anteriores, tal como se había pensado, por falta de dinero para  premios; pero el Señor Cura regaló una moneda de oro de 25 pts. para sortear entre los primeros niños de cada clase que tuvieran mayor número de vales y menos faltas de asistencia". Curioseando los "Etat Nominatif".(la  relación de los Hermanos que cada año forrmaban la Comunidad), podemos observar cómo en ese año 1928 vino destinado a la Comunidad el H. Marciano José, futuro mártir en Turón (Asturias), canonizado con sus restantes compañeros de Comunidad por el papa Juan Pablo II en 1999.

  En agosto de 1930 viene como Director el H. Florencio Pío, que será ya el último de los directores. Como en otros centros dirigidos por los Hermanos, también en Terán era costumbre preparar Festivales de Educación Física y funciones de teatro, con la participación de la Comunidad, los niños y los antiguos alumnos. Igualmente, bajo la animación de los Hermanos, en 1927, nació una asociación de jóvenes del Valle que, con el tiempo, recibiría el nombre de Academia Mariana, de actividades diversas y dignas de encomio.

  La fructífera labor de los Hermanos siguió una tónica de normalidad y bienhacer hasta los turbulentos años de la II República. Estando los Hermanos realizando los Ejercicios Espirituales en Valladolid, recibieron las orientaciones pertinentes para afrontar la nueva situación marcada por la Ley de Congregaciones Religiosas. En el nuevo curso 1933-34 deberían abandonar el hábito talar y vestir el traje civil. Se les hizo a los Hermanos de Terán particularmente penoso, por lo que solicitaron al H. Provincial les diera nuevo destino y ser enviados a un lugar donde no fueran conocidos.. Accedió ello el H. Superior. 
El H. Director, esperando un próximo traslado siguió vistiendo las libreas lasalianas, hasta que, sin otra novedad, comenzó el curso el 21 de septiembre. Los habitantes del Valle pronto se hicieron a la nueva situación, viendo que, pese a todo, las cosas, aparentemente, seguían, más o menos, como anteriormente.


  Se estuvo a punto de cerrar la escuela en 1934, aguantando dos años más, si bien, según escribe el H. Saturnino Gallego, la obra estaba ya sentenciada. Corrían años de penosas dificultades en la nación. El cierre definitivo acaeció el mes de junio de 1936. Escribe el cronista de la Comunidad: "En el mes de junio se presentó el Sr. Inspector de Primera Enseñanza en Cabuérniga, para proceder, de parte del Gobierno, a la clausura de los colegios religiosos establecidos en el Valle. Apenas se percataron los vecinos de la llegada de tan inoportuno huésped, se formó una manifestación pública de protesta contra semejante medida. El día 14 dejaron los Hermanos Terán para asistir a los Ejercicios del verano en Bujedo, no sin antes haber reunido a los niños de la escuela por última vez y, sin decirles que  se marchaban, repartirles unas cajas de regaliz y mandarlos luego a sus casas" (9).

  El 18 de julio, estando ya en Bujedo, tuvo lugar el "Alzamiento Nacional". Una vez terminado el Retiro, los Hermanos de las Comunidades donde había triunfado el Movimiento regresaron a ellas, pero en los lugares donde dicho alzamiento no había logrado sus propósitos y donde por entonces había Casas de los Hermanos, estos tuvieron que permanecer en el convento de Bujedo hasta tanto fueran liberadas".

  Aún perdura en la localidad la memoria del H. Optato Román, cuyos méritos en pro de la formación de los niños del Valle durante tantos años se vio correspondida con la dedicatoria de una calle. La placa-homenaje aún persiste en la actualidad: "Avenida Hermano Román". Y es que el buen Hermano se había ganado la estima y el cariño de la gente de todo el pueblo, en sus sucesivas estancias en Terán como profesor y director del Colegio.

  Con  posteridad a la Guerra Civil, se produjeron varios intentos para reabrir la escuela de Terán, incluso con la intervención del mismísimo Obispo de Santander. Las circunstancias no lo hicieron posible.



NOTAS:

1. De Wikipedia, enciclopedia Digital (arts. “Valle de Cabuerniga” y “Terán”.

2. Carlos Cantalapiedra: Los Hermanos en Terán-Cabuérniga (separata “El Colegio del Niño Jesús”)

3. Manuel Llano Merino (Sopeña,1898- Santander,1938) - Asistió en su infancia a las clases de los Hermanos en el Colegio de Terán, del que guardó siempre imborrables y gratos recuerdos, como él mismo confiesa en un artículo publicado en “La Región”, el 22 de mayo de 1929). Fallecido prematuramente, dejó tras de sí una obra de inusual madurez, elogiada por la crítica de la época.

4. José María de Cos y Macho (Terán,1838 - Valladolid,1939). Se formó en el Seminario de Monte Corbán y se doctoró luego en Teología. Canónigo de la Catedral de Oviedo (1865), fue consagrado Obispo de Mondoñedo (1886) y promovido posteriormente al arzobispado de Santiago de Cuba (1889), de Madrid-Alcalá (1892) y Valladolid (1911). Obtuvo el capelo
cardenalicio en 1911.

5. “La Obra Lasaliana en España”, pág. 221

6. Revista Distrito: “El Colegio del Niño Jesús en Terán” (pp.93ss.)

7. Revista Distrito: “El Colegio del Niño Jesús en Terán”, pág.105 ( mayo de 1994)

8. “Sembraron con amor”, pág.289 (nota 49)

9. H. Carlos Cantalapiedra, o.c.106